A lo largo de la vida en innumerables momentos, una se pregunta si realmente somos libres para tomar nuestras decisiones y sentirnos en libertad. En este mundo cada vez más global pareciera que la libertad se logra con esfuerzo y sobretodo con éxito, es como si una pudiera alcanzar un pedazo de libertad a base de logros establecidos socialmente. Logros que una vez alcanzados te hacen "pasar de pantalla" o "subir de nivel". Logros ligados al "tener" o al "hacer" que definen nuestra identidad, sin comprender que finalmente la búsqueda interior será la que aportará verdadera libertad.
Librarnos de pensamientos, sentimientos y sensaciones que provienen de creencias, a veces nuestras, otras veces forjadas a fuego lento por nuestros antepasados y la historia de donde venimos. Librarnos no es más que primero "saber que ahí están" para luego dejarlas ir, entendiendo que ahí radica la base de nuestro sufrimiento y probablemente de un mercado que se lucra bajo ese espejismo de "libertad vacía" que sólo nos aleja de la verdadera esencia.
JIYU, nos recuerda que hemos de "dejar de querer lo que quieren los otros y otras para buscar lo que aspiramos realmente".
A muchas nos recordará a la famosa carta del Tarot, El loco-la loca, mensajera de lo esencial, el cual camina sin importarle los demás porque todo camino es parte a recorrer para salir del mundo de confort que empobrece su ser.
No obstante, aún aceptando que este loco o loca recorre los caminos insondables fuera del área de confort, también necesitará de claridad para no perderse. Es decir aprender a escuchar su voz interior, la intuición, para lograr mayor sabiduría.
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