Abrirse a la sabiduría

Dicen los pueblos mayas que el conocimiento no es algo que se adquiere sólo con nuestro cerebro, sino que debe conectarse con el corazón y el conjunto del sistema nervioso del cuerpo (todas sus articulaciones).  Las emociones, los pensamientos, y sensaciones son parte de la energía del universo y por tanto del movimiento de la vida. Aquello que llamamos energía no es más que información en movimiento. Toda la vida es materia y energía a la vez. Información en movimiento.

Es aquí donde radica la importancia de la quietud como parte de la presencia, para poder observar todo el movimiento en su globalidad. Movimiento cargado de información valiosa para poder seguir adelante en nuestro crecimiento personal y colectivo como humanidad. Es nuestra responsabilidad no cerrar nuestro corazón a toda la sabiduría ancestral para construir un futuro diferente, lleno de posibilidades para un bienestar común más allá de la cultura de muerte y violencia actual.